jueves, 3 de septiembre de 2009

Tendencias del Pensamiento Pedagógico en el Contexto Histórico de la Ilustración

Maestría en Educación Robinsoniana.
Curso: Pensamiento Educativo Venezolano y Latinoamericano. Unidad I. Ensayo
Grupo no Asistido Nº 01. Entre Maieutikes. Núcleo Valera
Amigo mío, la Naturaleza ha dado a cada hombre un estilo, como una fisonomía y un carácter. El hombre puede cultivarla, pulirla, mejorarla, pero cambiarla, no.
Gaspar Melchor de Jovellanos

Según el calendario gregoriano vigente, el siglo XVIII comprende los años 1701-1800, ambos inclusive. Sin embargo, para la historia occidental este periodo es conocido como el Siglo de las Luces, debido a que durante el mismo, surgió el movimiento intelectual conocido como la Ilustración, así lo señala Zubiri (1987). Resultado importante estudiarlo para comprender el mundo moderno, pues muchos de los acontecimientos políticos, sociales, económicos, culturales e intelectuales del siglo han extendido su influencia hasta la actualidad.
En este periodo, se relaciona íntimamente con la Ilustración un destacado movimiento filosófico, caracterizándose por centrar su interés en la fe y la piedad, sus partidarios trataban de usar el racionalismo como vía para demostrar la existencia de un ser supremo, esas características eran parte integral en la exploración de la filosofía natural y la ética, además de las teorías políticas del momento. Sin embargo, prominentes filósofos ilustrados como Voltaire y Jean-Jacques Rousseau cuestionaron y criticaron la misma existencia de instituciones como la Iglesia y el Estado. Ese tiempo, vio también el continuo auge de las ideas empíricas en la filosofía, ideas, que eran aplicadas a la política económica, al gobierno y a ciencias como la física, la quimica y la biología.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, pese a que más del 70% de los europeos eran analfabetos, la intelectualidad y los grupos sociales más relevantes descubrieron el papel que podía desempeñar la razón, íntimamente unida a las leyes sencillas y naturales en la transformación y mejora de todos los aspectos de la vida humana. Pero para entender correctamente el fenómeno de la Ilustración, menciona Montero (2002) hay que recurrir a sus fuentes de inspiración fundamentales: la filosofía de Descartes, basada en la duda metódica para admitir sólo las verdades claras y evidentes, y la revolución científica de Newton, apoyada en unas sencillas leyes generales de tipo físico. Es por ello, que los ilustrados pensaban que estas leyes podían ser descubiertas por el método cartesiano, aplicándolas universalmente al gobierno y a las sociedades humanas. De ahí, los enormes deseos de aprender y de enseñar lo aprendido.
Pero fue Jean-Jacques Rousseau, quien logró imponer la reflexión sobre la pedagogía, insistiendo en que el objetivo fundamental de la educación era educar al hombre en potencia y ejerció una doble influencia en la vertiente política (formación del ciudadano), inspiró los proyectos de reforma de la educación propuestos durante la Revolución Francesa por Jean Antoine Condorcet y, en la vertiente metodológica, propició los estudios de Pestalozzi, que asignó al alumno un papel central en el proceso educativo.
Por su parte, Friedrich Fröbel, seguidor de Pestalozzi y creador de los primeros jardines de infancia, identificaba a Dios con la naturaleza a través de una visión metafísica, formulando las grandes líneas de una pedagogía que asignaba un lugar preferente a la espontaneidad y el juego, entendidos como bases de la conciencia en formación. Al mismo tiempo, Johann Friedrich Herbart introdujo la experimentación en la pedagogía, colaborando en la fundación de la psicología infantil. Mientras que, Jean Antoine Condorcet, perfiló el progreso de la especie humana a través de nueve etapas, empezando por la primitiva, también esbozó el concepto de una décima, donde, en gran medida a través de la educación, podría alcanzarse la perfección humana.
Del mismo modo, Gaspar Melchor de Jovellanos, cultivó varios géneros literarios (como poesía y teatro) pero sus escritos principales fueron ensayos de economía, política, agricultura, filosofía, costumbres; desde el espíritu reformador del Despotismo ilustrado. Entre ellas destacan el Informe sobre la ley agraria que escribió en una primera versión en 1784 pero que no envió hasta 1787 a la Sociedad Económica Matritense, quien la remitió al Consejo de Castilla y que se publicó en 1795. Por su parte Jovellanos se muestra partidario de eliminar los obstáculos a la libre iniciativa, que dividía en tres clases: políticos, morales y físicos. Entre ellos estaban los baldíos, la Mesta, la fiscalidad, la falta de conocimientos útiles de los propietarios y labradores, las malas comunicaciones y la falta de regadíos, canales y puertos.
Es oportuno mencionar, que Francia conoció, más que ningún otro país, un desarrollo sobresaliente de las ideas ilustradas y el mayor número de propagandistas de las mismas. Larrosa (2000) acota, que fue allí donde el filósofo, político y jurista Charles-Louis de Montesquieu, uno de los primeros representantes del movimiento, empezó a publicar varias obras satíricas contra las instituciones existentes, así como su monumental estudio de las instituciones políticas, El espíritu de las leyes (1748).
Muchos defensores de la Ilustración no fueron filósofos según la acepción convencional y aceptada de la palabra; fueron vulgarizadores comprometidos en un esfuerzo por ganar adeptos. Les gustaba referirse a sí mismos como el “partido de la humanidad”, y en un intento de orientar la opinión pública a su favor, imprimieron panfletos, folletos anónimos y crearon gran número de periódicos y diarios. El enorme incremento en la publicación de periódicos y libros aseguró una amplia difusión de las reformas pedagógicas.
En este sentido, durante el siglo XVIII se estableció el sistema escolar en Prusia, en Rusia empezó la educación formal bajo Pedro el Grande y sus sucesores, también se desarrollaron escuelas y colegios universitarios en la América colonial y se implantaron reformas educativas derivadas de la Revolución Francesa. Al final del siglo se fundaron en Inglaterra las escuelas del domingo por el filántropo y periodista Robert Ralkes para beneficio de los muchachos pobres y las clases trabajadoras. Durante el mismo periodo se introdujo el método monitorial de enseñanza, por el que cientos de muchachos podían aprender con un profesor y la ayuda de alumnos monitores o asistentes. Los dos planes abrieron la posibilidad de la educación de masas. Las contribuciones educativas de Rousseau se dieron en gran parte en el campo de la teoría; correspondió a muchos de sus seguidores poner sus ideas en práctica. El educador alemán Johann Basedow y otros abrieron escuelas en Alemania y en diferentes partes basándose en la idea de "todo según la naturaleza".
Siguiendo este orden, resulta importante mencionar, un Venezolano destacado que nació en ese siglo (1781) fue Andrés Bello, quien personifica las orientaciones de una cultura hispanoamericana independiente. Sus dos poemas fundamentales los publicó en las revistas que editó en Londres: en la "Biblioteca Americana", su "Alocución a la Poesía", parte de una composición que debió titularse "América" y que no llegó a la realidad; en su "Repertorio Americano", la "Silva a la agricultura de la Zona Tórrida"; ya en sus primeras poesías se advierte la influencia de Virgilio y la orientación neoclásica que no abandonaría nunca el poeta, a pesar de ciertas chispas de romanticismo. Sus Silvas a la poesía y a la agricultura constituyen el grito de la independencia literaria hispanoamericana
Finalmente, la Ilustración se puede considerar entonces como “pedagogía pura” ya que no solo floreció en materia política-social y pedagógica, sino que también enriqueció los conocimientos que los hombres aprehenderían desde entonces hasta nuestros tiempos.

Referencias Bibliográficas:
Larrosa, J. (2000). Pedagogía Profana. Ediciones Novedades Educativas. UCV. Caracas – Venezuela.
Montero, M. (2002). "Construcción del otro, liberación de sí mismo", Utopía y Praxis Latinoamericana. Revista internacional de Filosofía Iberoamericana Teoría Social. Año 7. No 16. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. Universidad del Zulia. Venezuela.
Ratzinger, J. (1997). La sal de la tierra. Cristianismo e Iglesia ante el nuevo milenio, Madrid.
Ugas Fermín, G. (1997). La ignorancia Educada y otros escritos. Taller Permanente de Estudios Epistemológicos en Ciencias Sociales San Cristóbal, Venezuela.
Zubiri, X. (1987). Naturaleza, historia, Dios. Madrid – España.